RESUMEN DE POTENCIAS APETITIVAS
Al comienzo de la historia la educación se impartía en los hogares, es
decir, solo se enseñaba lo que el padre consideraba necesario para la
subsistencia de su hijo, con el paso del tiempo aparecen dos clases de
maestros, los Sofistas y los Filósofos. Posteriormente, en el siglo XII surge
la universidad cuyo nombre proviene de la asociación de todos los saberes y es
ahí donde inician su labor al servicio de la verdad y el hombre.
En esto aparece el acto y la potencia, donde el primero significa
realización y perfección, mientras que el segundo se refiere a la pura
posibilidad de ser algo. En lo material, la materia es la potencia y la forma
es el acto.
Dentro de la noción y clasificación general de las facultades afectivas
vemos la existencia del orden sensible y el orden intelectual. Viendo también
al apetito sensitivo como el principio de los movimientos afectivos de la
sensibilidad.
En pasiones del apetito concupiscible tenemos lo que es el amor, el
deleite o gozo sensible, el deseo, a las cuales corresponden con respecto al
mal sensible, el odio, la fuga y la tristeza.
Cumpliendo un papel importante los temperamentos pues, cuyo predominio
relativo se considera como la razón suficiente de esta variedad de predisposiciones
naturales a determinadas pasiones y suelen reducirse a 4.
ENSAYO POTENCIAS APETITIVAS
Como hemos podido conocer, al principio de la
historia la educación era rudimentaria pues era desde el hogar y era el padre
quien la impartía, enseñando solamente lo práctico que consideraba de vital
importancia para la subsistencia de su hijo, luego de un tiempo en Grecia
aparece la figura del maestro quienes se dedicaban a enseñar a cambio de una
remuneración de la misma forma en la que se hace en la actualidad. Pero en esta
figura se observaron dos clases, los sofistas que persuadían al otro para su
beneficio y los filósofos que deseaban saber por amor a la sabiduría. Con esto,
en el siglo XII surge la universidad cuyo nombre se le atribuía por la
asociación de muchos saberes, desde el campo Teológico.
Gracias a Aristóteles, se da la doctrina
metafísica de Acto y Potencia, en donde el acto es primordialmente realización
y perfección pero en lo material viene siendo la forma; por otra parte, la
potencia es la posibilidad de ser algo y en lo material es la materia. Por lo
que, teniendo en cuenta estos conceptos no podemos considerar a la potencia
como si fuera de la nada o del ser y estas dependen de las concretas relaciones
entre el cuerpo y el alma.
Dentro de la noción y clasificación general de
las facultades afectivas se genera una confusión análoga porque muchos filósofos
manifiestan la existencia del orden sensible y el orden intelectual mientras
otros hablan meramente de voluntad, actividad libre y espontánea, de instintos,
de deseos, de sentimientos y pasiones. Teniendo como puntos clave que la
experiencia interna es la que nos enseña que cuando percibimos o conocemos
algún objeto como bueno o conveniente para nosotros, este conocimiento excita
en nuestro interior una especie de tendencia o movimiento de inclinación hacia
dicho objeto y que pasa lo contrario cuando percibimos algo diferente y así
como encontramos diferentes clases, en los conocimientos también las vemos,
clasificadas como conocimiento sensible y el conocimiento intelectual. La razón
y la experiencia nos diferencian de los llamados “brutos” ya que por medio de
la razón conocemos objetos universales y espirituales, siendo la inclinación o
repulsión lo relativo al conocimiento intelectual. Ayudándonos también la
imaginación y la memoria a alcanzar un poder y una perfección exclusivas en las
personas que tienen mayores capacidades, debido a su afinidad cosmológica y
psicológica junto a las habilidades intelectuales.
Siendo el apetito sensitivo el principio de
todo movimiento afectivo de la sensibilidad, obteniendo lo que comúnmente llamamos
pasiones, que en los hombres más intelectuales son más complejas, numerosas y
más elevadas; en estas se observan dos tipos: las pasiones del apetito
concupiscible que la conforman el amor, el deseo, el deleite o gozo sensible y
las pasiones del apetito irascible compuestas por la esperanza, la audacia y la
ira. Jugando un papel importante los temperamentos cuyo predominio se considera
como la razón suficiente de esta variedad de predisposiciones naturales a
terminadas pasiones. Teniendo como características propias diversos caracteres
tanto físicos, como morales.
Según San Augustín, el alma humana percibe
primero por medio de los sentidos los fenómenos que nos ofrece el mundo externo
y después investiga sus causas por medio de la razón. Siendo el entendimiento
del hombre una facultad o fuerza vital innata, por medio de la cual el alma
humana puede conocer las insensibles y espirituales, y las sensibles y
materiales por medios de ideas universales; es decir, necesaria para distinguir
y separar el entendimiento de los
hábitos adquiridos o infusos, naturales o sobrenaturales como la ciencia y la
fe teológica. Siendo este término uno de los muchos sinónimos que encontramos
para esta definición. Esta misma facultad, recibe el nombre de razón en cuanto
compara y combina varias ideas o juicios para descubrir la verdad, siendo
entendimiento o razón parte de una misma facultad intelectual pero siendo la
razón característica de cuando se investiga, descubre y adquiere la verdad y la
acción del entendimiento es solo la simple percepción quieta, espontánea e
intuitiva de dicha verdad pero siendo propia la razón del hombre.
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