miércoles, 27 de febrero de 2019

POTENCIAS APETITIVAS


RESUMEN DE POTENCIAS APETITIVAS


Al comienzo de la historia la educación se impartía en los hogares, es decir, solo se enseñaba lo que el padre consideraba necesario para la subsistencia de su hijo, con el paso del tiempo aparecen dos clases de maestros, los Sofistas y los Filósofos. Posteriormente, en el siglo XII surge la universidad cuyo nombre proviene de la asociación de todos los saberes y es ahí donde inician su labor al servicio de la verdad y el hombre.
En esto aparece el acto y la potencia, donde el primero significa realización y perfección, mientras que el segundo se refiere a la pura posibilidad de ser algo. En lo material, la materia es la potencia y la forma es el acto.
Dentro de la noción y clasificación general de las facultades afectivas vemos la existencia del orden sensible y el orden intelectual. Viendo también al apetito sensitivo como el principio de los movimientos afectivos de la sensibilidad.
En pasiones del apetito concupiscible tenemos lo que es el amor, el deleite o gozo sensible, el deseo, a las cuales corresponden con respecto al mal sensible, el odio, la fuga y la tristeza.
Cumpliendo un papel importante los temperamentos pues, cuyo predominio relativo se considera como la razón suficiente de esta variedad de predisposiciones naturales a determinadas pasiones y suelen reducirse a 4.

ENSAYO POTENCIAS APETITIVAS 

Como hemos podido conocer, al principio de la historia la educación era rudimentaria pues era desde el hogar y era el padre quien la impartía, enseñando solamente lo práctico que consideraba de vital importancia para la subsistencia de su hijo, luego de un tiempo en Grecia aparece la figura del maestro quienes se dedicaban a enseñar a cambio de una remuneración de la misma forma en la que se hace en la actualidad. Pero en esta figura se observaron dos clases, los sofistas que persuadían al otro para su beneficio y los filósofos que deseaban saber por amor a la sabiduría. Con esto, en el siglo XII surge la universidad cuyo nombre se le atribuía por la asociación de muchos saberes, desde el campo Teológico.
Gracias a Aristóteles, se da la doctrina metafísica de Acto y Potencia, en donde el acto es primordialmente realización y perfección pero en lo material viene siendo la forma; por otra parte, la potencia es la posibilidad de ser algo y en lo material es la materia. Por lo que, teniendo en cuenta estos conceptos no podemos considerar a la potencia como si fuera de la nada o del ser y estas dependen de las concretas relaciones entre el cuerpo y el alma.
Dentro de la noción y clasificación general de las facultades afectivas se genera una confusión análoga porque muchos filósofos manifiestan la existencia del orden sensible y el orden intelectual mientras otros hablan meramente de voluntad, actividad libre y espontánea, de instintos, de deseos, de sentimientos y pasiones. Teniendo como puntos clave que la experiencia interna es la que nos enseña que cuando percibimos o conocemos algún objeto como bueno o conveniente para nosotros, este conocimiento excita en nuestro interior una especie de tendencia o movimiento de inclinación hacia dicho objeto y que pasa lo contrario cuando percibimos algo diferente y así como encontramos diferentes clases, en los conocimientos también las vemos, clasificadas como conocimiento sensible y el conocimiento intelectual. La razón y la experiencia nos diferencian de los llamados “brutos” ya que por medio de la razón conocemos objetos universales y espirituales, siendo la inclinación o repulsión lo relativo al conocimiento intelectual. Ayudándonos también la imaginación y la memoria a alcanzar un poder y una perfección exclusivas en las personas que tienen mayores capacidades, debido a su afinidad cosmológica y psicológica junto a las habilidades intelectuales.
Siendo el apetito sensitivo el principio de todo movimiento afectivo de la sensibilidad, obteniendo lo que comúnmente llamamos pasiones, que en los hombres más intelectuales son más complejas, numerosas y más elevadas; en estas se observan dos tipos: las pasiones del apetito concupiscible que la conforman el amor, el deseo, el deleite o gozo sensible y las pasiones del apetito irascible compuestas por la esperanza, la audacia y la ira. Jugando un papel importante los temperamentos cuyo predominio se considera como la razón suficiente de esta variedad de predisposiciones naturales a terminadas pasiones. Teniendo como características propias diversos caracteres tanto físicos, como morales.
Según San Augustín, el alma humana percibe primero por medio de los sentidos los fenómenos que nos ofrece el mundo externo y después investiga sus causas por medio de la razón. Siendo el entendimiento del hombre una facultad o fuerza vital innata, por medio de la cual el alma humana puede conocer las insensibles y espirituales, y las sensibles y materiales por medios de ideas universales; es decir, necesaria para distinguir y separar el  entendimiento de los hábitos adquiridos o infusos, naturales o sobrenaturales como la ciencia y la fe teológica. Siendo este término uno de los muchos sinónimos que encontramos para esta definición. Esta misma facultad, recibe el nombre de razón en cuanto compara y combina varias ideas o juicios para descubrir la verdad, siendo entendimiento o razón parte de una misma facultad intelectual pero siendo la razón característica de cuando se investiga, descubre y adquiere la verdad y la acción del entendimiento es solo la simple percepción quieta, espontánea e intuitiva de dicha verdad pero siendo propia la razón del hombre. 


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