RESUMEN BLOQUE 11
Dentro del
desarrollo de la persona actual vemos
muy presente el hecho de postergar las cosas cuando las pueden hacer en ese
mismo momento y aquí, aparecen cuestiones propias como la autoestima que se considera el valor sustancial de
nuestra propia vida y que desarrollamos con diferentes técnicas tales como el
auto conocimiento, el auto concepto, la autoevaluación, la auto aceptación, el
auto respeto y con elementos básicos como el cognitivo, el afectivo y el
conductual. Así como también la vemos manifestada en la independencia, el hecho
de afrontar retos con entusiasmo, la tolerancia a la frustración, la capacidad para
influir en otros, el hecho de asumir responsabilidad y el orgullo por los
logros, así como los aspectos que nos ayudan a fortalecer la misma por medio
del elogio, la valentía, la aceptación de las debilidades y los errores, el abstenerse
de hacer comparaciones y la imaginación. Siendo propio también del ser humano
la dimensión interpersonal que básicamente consiste en la relación con las
personas que nos rodean en cada aspecto de nuestra vida, relación basada en lo
que compartimos, los logros, las inquietudes, el amor y valores. Dividiendo
nuestra corporeidad en un antiguo y nuevo paradigma que se relaciona en que el
anterior era más hacía la concepción del cuerpo como órganos y la otra, definiéndolo
como algo más trascendente que esto, algo que se puede evidenciar en una
construcción permanente de nuestros aspectos biológicos, psicológicos y
sociales.
ENSAYO LA DIMENSIÓN INTERPERSONAL, CORPOREIDAD Y HUMANA
En la actualidad, la vida del ser humano se ha
visto bastante afectada por la postergación del hacer las cosas cuando tenemos
la oportunidad por cuestiones como la pereza, el querer prestarle atención a
otras que no nos aportan ningún beneficio o simplemente por no hacer esfuerzo
alguno en ese momento; por esto, vemos como muchas vidas se han quedado en la
mediocridad y la frustración de no cumplir sueños o metas ya que todo lo que
queremos hacer requiere de un gran esfuerzo y sobre todo de la disciplina de
hacer lo que sabemos que tenemos que hacer sin importar el hecho de no querer
hacerlas o simplemente de sentir pereza en el momento. Esta actitud es una gran
muestra de tener una baja autoestima ya que si queremos que en nuestra vida
algo cambie o suceda, somos nosotros mismos quienes deben hacer que pase y esto
solo se logra teniendo una buena autoestima; entendiendo por autoestima el
valor sustancial de nuestra propia vida ya que es la forma en la que nos vemos,
en la que nos aceptamos, en la que nos queremos y sobre todo, en la forma en la
que nos proyectamos.
Teniendo en nuestras manos la capacidad de
desarrollarla por medio de nuestra relación con nosotros mismos antes que con
los demás y después aplicándolas con quienes nos rodean ya que es bastante
cierto ese dicho de “Sólo se podrá respetar a los demás cuando se respeta uno a
sí mismo, sólo podremos dar cuando nos hemos dado a nosotros mismos, sólo
podremos amar, cuando nos amemos a nosotros mismos”, pues reflejamos lo que
somos y somos lo que pensamos.
Como bien sabemos, nos diferenciamos del resto
de seres vivos por nuestra capacidad de razonar y por medio de esta misma
llegamos al autoconocimiento que consiste en conocer las partes que nos
componen, el por qué actuamos de tal forma, las cosas que queremos, que
pensamos y nuestras habilidades, así como el auto concepto que es toda la serie
de creencias que se encargan de acercarnos a nosotros mismos, mostrándonos como
actuamos en relación con los demás, la auto imagen que no es más que la forma
mental que tenemos de nosotros mismos, es decir, nuestras expectativas en
presente y futuro. La auto evaluación que nos ayuda a realizar la valoración de
nuestras capacidades y cualidades, diferenciando lo que está mal y lo que está
bien, así como la auto aceptación que nos conduce al reconocimiento de nosotros
mismos en una forma completamente realista; el auto respeto en dónde nos
atendemos y buscamos satisfacer nuestras necesidades y valores; llevándonos todos
estos puntos a la construcción de lo que denominamos autoestima, observada
dentro de 3 elementos básicos (Cognitivo, afectivo y conductual).
Una buena autoestima se ve reflejada en nuestra
independencia, en la capacidad que tenemos para afrontar retos con entusiasmo,
nuestra tolerancia ante la frustración, nuestra capacidad para influir de
manera positiva en otros, el hecho de asumir nuestras responsabilidades y sobre
todo, el orgullo por los logros personales y colectivos.
Dentro de la autoestima y la existencia de la
vida humana, observamos la dimensión interpersonal que se podría considerar
como propia de la misma pues según diversos autores y por lo que podemos ver
día a día, somos seres incapaces de vivir aislados de todos pues estamos hechos
para convivir en sociedad y para necesitar del otro diariamente; por esto, esta
dimensión hace referencia a la relación que tenemos con las personas que nos
rodean en cada aspecto de nuestra vida, compartiendo con estas logros,
inquietudes, amor y otros tales como valores vitales (vida, respeto, libertad)
y valores morales (responsabilidad, convivencia, honestidad).
De esta misma forma, se encuentra un paradigma
sobre lo que con el paso de los años hemos definido como corporeidad; definiéndola
anteriormente como los órganos que poseemos y actualmente, como algo más
trascendente que se da desde y a partir del cuerpo y en la proyección de
nosotros mismos al mundo, representando el modo de ser del hombre, bajo circunstancias
históricas implicando la educación física no sólo como lo motriz, sino como lo
propio y motriz del ser humano y sus movimientos desde el momento de la
concepción.
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